martes, 4 de diciembre de 2012

Sonrisas y lágrimas

@losdiasfuriosos
losdiasfuriosos@gmail.com

Por supuesto que lo verdaderamente grave es “todo lo que están haciendo”, pero no hemos hablado todavía de “cómo lo están haciendo “, de las formas, de los gestos, de la puesta en escena. Y es que a veces parece que se están burlando de la gente…
Quizás sea Montoro el más irritante. Se desternilla de risa mientras sus medidas hunden  a millones de españoles. ¿Qué le hace tanta gracia? ¿De qué se ríe? ¿Acaso lo está haciendo tan bien como para mostrarse así de “subidito”? Montoro se troncha, aunque también es comprensible: debe resultar muy difícil decir que “son los Presupuestos  más sociales de la historia” sin que te dé un ataque de risa tonta.
Los recortes son jaleados en la bancada popular como un gran triunfo, como si fuesen buenas noticias. ¿Cómo es posible tanta frivolidad, tamaña falta de respeto hacia una ciudadanía estafada? ¡Qué poca altura política!
En el extremo contrario, De Guindos y Rajoy:  insensibles, casi inhumanos… Ni sienten ni padecen, son como autómatas al servicio de intereses que nada tienen que ver con los de la gente… Las personas no les interesan.
Cospedal y Soraya son las encargadas de ponerle cara a la eterna mentira popular. A Soraya se le nota que lo pasa mal con el papelón que le encargan los viernes tras el Consejo de Ministros, pero en cambio Cospedal continúa dogmatizando y dando lecciones de ética y teoría políticas. Claro, ella nunca dijo que no se subirían los impuestos, ni que se no abarataría el despido, y jamás enchufó a su marido.
Ana Mato no duda en escribir una edulcorada carta en El Mundo: “La sociedad os necesita”.  Va destinada a las personas con discapacidad. La publica apenas unos meses después de dejar tiradas a esas mismas personas con el exterminio de la Ley de Dependencia. Eso sí, ¡qué frasecitas más bonitas les ha escrito...".

El rabioso “y tú más” de Báñez es el “y yo menos” de los trabajadores de este país. Dan todas las herramientas para fomentar el despido y el empleo precario, que era lo que querían, y ahora se hacen los extrañados de que aumente el paro y el contrato basura. ¿Se creen que somos tontos?
¿Y qué me decís del inefable Wert? Desafiante, provocador...

Pero en esta inmensa burla, podemos ir también a los detalles. La secretaria de Estado de Imigración, Marina del Corral, dice que los jóvenes emigran “por instinto aventurero”. Claro, ahora el paro es como la Ruta Quetzal o la búsqueda del Arca Perdida.
Un grupo de diputados populares autodenominado como El Balconcillo le otorga  un premio a la diputada Fabra en reconocimiento a su mítico  “que se jodan” (los parados). Lo hacen en clave de humor, sí,  pero ¿cabe el humor en estos temas? Para ellos, está claro que sí. Cualquier tema es bueno para echarse unas risas locas.
Y continúan con el “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” (los famosos viajes al Caribe y las teles de plasma); es decir, la culpa la tiene la gente. Y erre que erre con “la herencia recibida”, con “la realidad impone los recortes”… Y así gobiernan, burlándose de la inteligencia de las personas, con una frivolidad insultante, entre risas y encantados de conocerse.
Y entre "las formas" del Gobierno, la represión policial, las cortinas de humo y los teatrillos, paripés como el que montaron durante unos días para que pareciese que de verdad les importaba lo más mínimo el problema de los desahucios. "La realidad", como le gusta decir a Mariano, demostró que ese tema también les da igual. Demasiado humano...

Por finalizar por donde empecé. Las risas de Montoro son las lágrimas de mucha gente.  Los aplausos entusiastas a los recortes son la indignación de tantos y tantos. Las declaraciones frívolas y burlescas son el desprecio que sienten por la ciudadanía y por la democracia.
La ministra italiana que anunció los recortes hace meses lo hizo con la voz entrecortada y con lágrimas en los ojos. Igualito que aquí. Cuestión de sensibilidades.

1 comentario:

  1. La crisis ha puesto de manifiesto las carencias de los que nos dirigen: desde el mundo de la empresa, pasando por la banca, hasta nuestros políticos.

    ResponderEliminar