miércoles, 25 de julio de 2012

Funcionarios: leyenda y conspiración


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Escuchamos a menudo: “En España hay demasiados funcionarios, con grandes sueldos y poco productivos”. Pero veamos...
Para justificar dicha aseveración se apela a leyendas que los datos desmontan, o bien a casos excepcionales que interesadamente se pretenden convertir en norma. También a la necesidad de echarle la culpa a alguien de todo lo que está sucediendo: y sí, alguien tiene la culpa, pero apuntando a los funcionarios se equivoca el tiro.

Por partes. ¿Son muchos? Los datos de CIS dicen que no. El 5% de la población, frente al 8% de Francia, Alemania o Bélgica. En España hay menos funcionarios que en otros países de nuestro entorno a los que a menudo  ponemos como ejemplo.

¿Poco productivos? La productividad es un concepto subjetivo, no existe una fórmula matemática que mida la productividad. Pero yo me pregunto, ¿son poco productivos, por ejemplo, los funcionarios sanitarios que habían convertido a la sanidad pública española en una de las mejores del mundo? ¿Es poco productivo el cirujano que trasplanta doscientos órganos al año? ¿Son poco productivos los funcionarios de la DGT que recaudan un dineral para el Estado y han reducido de forma exponencial el número de accidentes? ¿Son improductivos los policías que han detenido a más de 300 etarras en los últimos años? Y podría seguir. Puede que la administración tenga lagunas de productividad, pero no por culpa de los funcionarios, sino por culpa de un sistema viciado desde arriba en su estructura. El topicazo del funcionario “pasota”,  del “vuelva usted mañana”, está más que superado y no se corresponde con la realidad.

¿Cobran mucho? No. Cobran normal.
¿Cobra el sector público más que el privado? Sí, por supuesto, pero eso es porque en el sector privado se cobra muy poco, no porque en el público se cobre mucho. Si queremos igualar salarialmente los sectores público y privado,  la forma de hacerlo es en positivo, corrigiendo lo que está mal, y no en negativo, estropeando lo que está bien. Dicho de otro modo: si en lo privado hay infrasueldos y en lo público sueldos normales, la forma de igualar es corrigiendo los infrasueldos. La forma de solucionar la desigualdad entre algo que está bien y algo que está mal es corrigiendo lo que está mal, no estropeando lo que está bien. Pero claro, dile tú al binomio CEOE-PP que hay que subir los sueldos en las empresas. El otro día, en un informativo de TV, le preguntaban a un manifestante “anti-recortes”  los motivos por los que protestaba. Su respuesta es el mejor resumen posible de lo que está sucediendo: “me manifiesto porque no me da la gana de que en el día de mañana mi hija acabe siendo una esclava”. Está todo dicho. Hacia eso caminamos, me temo.

Por otra parte, les diría a aquellos que se quejan de “privilegios” de los funcionarios, que cualquier persona en este país puede ser funcionario si reúne las características adecuadas y aprueba una oposición. Es decir, el funcionario no ha ganado ningún sorteo, ni una lotería, ni le ha caído del cielo el puesto. No, ha optado por esa vía del mismo modo que cualquiera ha podido o puede hacerlo. Y también recuerdo que en los tiempos pródigos de la España boyante también había funcionarios.

En todo caso, sí que algunos representantes sindicales del funcionariado deberían medir alguna de sus frases. Dicen, por ejemplo, que “los funcionarios son los grandes paganos de la crisis, los que siempre acaban pagando la crisis”. En mi opinión, esta frase sobra: que os quiten la paga extra y os bajen el sueldo es un escándalo (y quizás una medida inconstitucional, como se ha fallado en Portugal), pero los mayores  y verdaderos paganos de la crisis son los tres millones de personas que han perdido el trabajo, las 600.000 que lo van a perder, el millón y medio de hogares en los que no entra ningún sueldo, o las 100.000 personas que se van a quedar hastasin  los 400 euros al mes. Los funcionarios tienen todos los motivos del mundo y más para protestar, pero que no pierdan la perspectiva de que están en un contexto donde hay millones de ciudadanos mucho peor que ellos. No son los funcionarios los mayores damnificados de la crisis; ni muchísimo menos.

Y a todo esto, me pregunto yo, ingenuo: ¿no será que al Gobierno le incordian los funcionarios profesionales, los de oposición, los de carrera, los de experiencia, los de capacitación, los independientes, los que protestan por los hachazos a los servicios públicos… y prefiere sustituirlos por empleados públicos de libre designación, o lo que es lo mismo, de carné, de partido, estómagos agradecidos mucho más sumisos y manejables, y que jamás alzarán la voz contra el desmantelamiento de lo público?  Imaginaciones mías…

1 comentario:

  1. No creo que en España haya funcionarios con grandes sueldos y poco productivos, habrá "FUNCIONARIOS A DEDO" que sí cobran y no producen. Son "LOS PALMEROS" de los partidos, que llamo yo. Estos son los que sobran, y los que producen un gasto inútil.
    No sobran médicos, ni profesores, ni jueces, ni policías...
    La mala fama de los funcionarios -ya trasnochada en general- viene originada sobre todo en temas burocráticos: la administración es lenta, excesiva, inefizaz... de lo que ellos no tienen culpa. Serán los mandatarios los responsables de una mejor ordenación.
    ¿Que tienen privilegios? Los que le han dado por conveniencia propia los políticos. Los funcionarios saben demasiado lo que funciona mal.
    Ahora con la crisis, los políticos los exprimen porque los tienen cogidos por los... por ser ahora mismo una clase privilegiada por "disfrutar" de trabajo. "No se atreverán a protestar, mirando a su alrededor..."
    Nuestros políticos van de "cantada en cantada", y son tan "petardos" que hasta creen que engañan al pueblo. Perdón... no sigo.

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