Se hartaron de decir que era un préstamo, un crédito, que los bancos tendrían que devolver el dinero, incluso con intereses, y lo más importante, que no costaría un solo euro a los contribuyentes. Lo dijeron una y mil veces: lo dijo Rajoy, lo dijo De Guindos, lo dijo Montoro, lo dijo Cospedal... Otra vez, mentira. El Gobierno anuncia en voz bajita que da por perdidos 36.000 millones de euros entregados a los bancos en el famoso rescate y procedentes, por supuesto, de los impuestos de los ciudadanos. El sector financiero ya no tendrá que devolver ese dinero.
Ante cifras tan gruesas, tomemos perspectiva. ¿Cuánto son 36.000 millones de euros? La respuesta es demoledora: 36.000 millones es más del coste total de los recortes aplicados en educación y sanidad durante el último año. Por establecer otra comparativa: los pocos científicos e investigadores que aún quedan en España vienen mendigando 75 millones para continuar con sus proyectos. El Gobierno sólo les da 25. El "nuevo modelo productivo" no vale 75 millones, pero el fracasado y casposo modelo financiero bien merece 36.000 millones a fondo perdido. Otra: el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ha despedido a 70 investigadores para ahorrarse 8 millones de euros. Es decir, hay 36.000 millones, pero no hay 75 millones; hay 36.000 millones, pero no hay 8 millones. Entre bancos u hospitales, bancos. Entre bancos o escuelas, bancos. Entre bancos o ciencia, bancos. Entre bancos o personas, por supuesto, bancos.
Total, que hay que reducir el déficit a toda costa pero en cambio se pueden regalar 36.000 millones. Se hacen todo tipo de recortes sociales y se sube a los ciudadanos más de 20 tipos impositivos, pero los bancos no devuelven el rescate. Esto es pura ideología; aquí la crisis no tiene nada que ver.
La sumisión del poder político al financiero es irritante: confeccionaron una nueva Ley Anti Desahucios al dictado de los bancos, criminalizaron a la Plataforma Anti Desahucios ("nazis y proetarras"), enmendaron la plana a los banqueros, se pusieron de lado de los estafadores en el fraude de las preferentes, llegaron a perseguir y denunciar a varios preferentistas por desórdenes públicos (incluida una peligrosísima señora anti sistema de 82 años que se movía con taca taca y que, por lo visto, sembró el pánico en una sucursal). Y ahora se confirma que gran parte del rescate (veremos si todo) no será devuelto. Se da así una paradoja siniestra: preferentistas y desahuciados habrán pagado la deuda de los mismos bancos que ahora les hunden la vida. Y también la pagarán parados, pensionistas, dependientes, neoemigrantes, enfermos, científicos, universitarios sin beca... Todos, en resumen, pagando la cuenta de una banca que no se da por aludida y que continúa sin abrir el crédito, una de las más acuciantes urgencias que necesita resolver el país.
En definitiva, y ante el estupor generalizado, el poder político, con el PP al frente, se genuflexiona ante los deseos del sector financiero, convirtiendo la salida de la crisis en un ejercicio de indignidad nacional. Pero claro, en caso contrario, ¿quién financiaría las próximas campañas? Y sobre todo, ¿quién financiaría tanta privatización?
@losdiasfuriosos
Duro, pero por desgracia ciertísimo. Todos deberíamos alzar la voz, aunque no se si serviría de algo.
ResponderEliminarEs una demostración de que los ciudadanos no podemos elegir a quienes nos gobiernan. El poder real lo ostentan los banqueros no el presidente del Gobierno (elegido con los votos de los ciudadanos... Bueno, en realidad, ni eso... Lo único que hacemos cada cuetro años es refrendar una lista elegida (de una forma poco democrática)por un comité directivo de un partido político...)
ResponderEliminarQué desastre!