...Y el científico se hizo taxista (la generación regalada)

@losdiasfuriosos
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“Desarrollé un modelo matemático que permite calibrar con exactitud el grado de éxito de nuevos
tratamientos farmacológicos contra el cáncer, un proyecto con grandes expectativas y aplicaciones. Pero para avanzar en la investigación necesito tiempo y dinero, algo que ya no me dan en España. Así que ahora tengo dos opciones: o acepto alguna de las ofertas que me llegan de universidades europeas, que están muy interesadas en el proyecto, o abandono la ciencia y cojo la licencia de taxi de mi padre. Y a día de hoy tengo casi decidido arrojar la toalla y quedarme con el taxi”.

Es el testimonio de un joven y brillante científico español. Como otros miles, desesperado, desmotivado, emigrante en el mejor de los casos, o a punto de rendirse en el peor. La ciencia española se desangra, y toda la inversión hecha en la generación más preparada de la historia de se tira a la basura. Es la generación regalada, consecuencia de un posicionamiento político e ideológico que renuncia al I+D+I, condenando al país a perder el tren de la Tercera Revolución Industrial. Una gran oportunidad desperdiciada.

¿Cuántas veces hemos escuchado en los últimos años a presidentes, ministros o políticos de primer nivel decir eso de que “la salida de la crisis está en la apuesta por el I+D+I y en el cambio en el modelo productivo”? ¿Cuántas veces? Un montón de veces. Pero del dicho al hecho… El gasto español en I+D+I cae al 1,33% del PIB, lejos del 2% que exige Europa. Los recortes en ciencia desde 2009 son del 38,70%. Es una declaración de intenciones en toda regla: el desarrollo tecnológico y científico no es una prioridad: sólo les falta decir aquéllo de que en los últimos años “hemos investigado por encima de nuestras posibilidades”.

En parámtros económicos, una operación ruinosa para España: invertir en la formación de científicos y luego dejarlos escapar a otros países, en donde sí generarán desarrollo, progreso y riqueza. Justo lo que falta aquí. El “nuevo modelo productivo”· español parece apostar por convertirnos en el chiringuito de Europa: sólo turismo.

La Primera Revolución Industrial vino dada por la máquina de vapor. La Segunda, por el petróleo. La Tercera la definen las nuevas tecnologías y las energías renovables. España, que en un primer momento sí se interesó en el desarrollo de las energías renovables, ya ha echado el freno y las renovables se aplazan sine die. “No estamos para ecología barata”. ¡Qué necios!

Ni renovables, ni nuevas tecnologías, ni ciencia, ni investigación, ni revolución industrial… Son inversiones que necesitan del medio plazo, y aquí sólo funciona ese cortoplacismo acomplejado y de mente estrecha que tanto daño hace.

Eso sí, al Gobierno popular le quedará para la historia el honor de haber hecho realidad uno de los grandes sueños de la ciencia: construir la primera máquina del tiempo. Lo  malo es que de momento sólo viaja hacia atrás…

“Es un cerebro genial. Lo malo no es que se lo vaya a perder España, sino que se lo va a perder la ciencia y la Humanidad. Es muy triste…”, me comenta un colega del científico que se hizo taxista.