martes, 15 de enero de 2013

Rescate bancario y rescate banquero

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Los ciudadanos de a pie necesitamos hacer un notable esfuerzo para asumir como válida la idea de que es imprescindible  rescatar con dinero público a cajas y bancos ruinosos. (como es sabido, y valga de ejemplo, los 26.000 millones de Bankia  “tocan”  a más de 400 euros por español). Nos intentan convencer de que si una gran entidad financiera cayese, al día siguiente llegaría  el “corralito”, perdiendo los ahorradores todos sus depósitos. Al fin, terminamos dando por correcto el razonamiento, aún a sabiendas de que puede esconder muchos matices/engaños. Pero vale, a regañadientes aceptamos el rescate de los bancos.  Sin embargo,  cuando en el mismo saco del rescate bancario tratan de colarnos sibilinamente  el rescate banquero, es decir, el rescate del banquero de turno (banquero con nombre y apellidos, y banquero como concepto), ahí es donde la indignación y la sensación de tomadura de pelo nacional afloran para escandalizar  al más pintado.

¿Quiénes sacan tajada de la crisis/estafa? ¿Quiénes se han beneficiado y lo siguen haciendo de la actual situación?: especuladores, prestamistas usureros, patronal, defraudadores fiscales, empresas privadas que sirven servicios básicos (educación, sanidad…), políticos al servicio de ideologías neoliberales “recortistas”… Y junto a todos ellos, también ganan  los bancos  ‑a los que se sanea con dinero público  sin contrapartidas ni condiciones- y los banqueros -que se van “de rositas” sin asumir responsabilidades por los despropósitos llevados a cabo‑  …. Bancos y banqueros salen de la crisis recapitalizados e impunes.
Salta a la vista: el país padece un grave problema de financiación. Nadie encuentra financiación, y sin financiación no habrá recuperación:
·         Las familias: No hay crédito. Si acaso, a intereses prohibitivos.  Así, menos consumo, menos producción,  menos empleo, menos ingresos en las arcas públicas… y la “bola” sigue creciendo.
·         Pequeñas y medianas empresas: sin  crédito, no hay inversión ni crecimiento. Para muchas de ellas, sin financiación no hay otro futuro que el cierre, el despido de personal  (cada vez más  fácil y más barato) o el ERE (justificado o no, pero consentido…). Más paro, y más “bola”…
·         Sectores públicos, productivos  y estratégicos: su financiación  se recorta con la reducción drástica de determinadas subvenciones. A  algunos, esto de acabar con las subvenciones les encanta, pero lo cierto es que de este modo se genera más pobreza, más paro y se frena cualquier intento de reactivación de sectores productivos y estratégicos. El ataque sectario a algunas  subvenciones (sólo a algunas) es ideológico, y aquí la crisis actúa como la excusa perfecta. Los opinólogos que critican subvenciones, subsidios e incluso servicios públicos aludiendo al lema “Papá Estado no puede estar siempre detrás”… esos mismos no protestan tanto cuando “Papá Estado” patrocina a bancos y a banqueros. Sin embargo, ¿no es el  FROB un programa de mega subvenciones al sector financiero?
·         El país: España sólo encuentra financiación asumiendo intereses que le condenan a medio plazo: la mítica prima de riesgo. No hace mucho más de dos años nos decían que una prima de riesgo por encima de 300 puntos básicos significaba de facto un país en quiebra. Este verano superó los 600..
Nadie encuentra financiación… ¿Nadie? Los bancos. Ellos sí encuentran financiación, absorbiendo millones y millones de euros al 0,75%. Con ese dinero que reciben, ellos darán créditos al 8%-10% , si es que los dan… A cambio del dinero recibido (casi regalado), no se les impone ninguna pauta que sirva para regenerar la actividad económica, ni ningún control que evite que se repitan actuaciones como las que nos han traído hasta aquí. Muchos analistas alertan de que el rescate a cambio de nada no hace sino  avalar las prácticas del sistema financiero, por lo que éstas no serán modificadas; así el estropicio bancario continuará lastrando al conjunto de la sociedad. El mensaje que se lanza a bancos y banqueros viene a ser algo así como: “tranquilos, habéis sido un poco traviesillos, pero no pasa nada…”
(El Banco Internacional de Pagos ha analizado las operaciones llevadas a cabo por cuarenta bancos de todo el mundo rescatados entre 2008 y 2010 por valor total de 350.000 millones de euros. El informe concluye que estas entidades recapitalizadas “no redujeron el nivel de riesgo de sus nuevas carteras significativamente más que los bancos que no recibieron ayuda pública”).
Cuando dentro de x años concluya la crisis, los bancos dirán: “listo, ya tenemos pasta otra vez; ya podemos seguir igual que antes. Manolo, prepárate unas preferentes…”. Y los banqueros, los mismos de antes, los mismos de siempre, seguirán al mando. En la práctica y más allá de maquillajes, la voluntad de que todo siga igual es de origen político y sistémico. No interesa que caigan los “banqueros  de cabecera” de determinados grupos de poder, no conviene que ya no puedan hacer y deshacer a su antojo, en beneficio siempre de los mismos. Por poner un sólo ejemplo, ¿quién financiaría las campañas electorales de los grandes partidos? Aquí nadie da duro a cuatro pesetas…
Y los países en problemas, lejos de contar con el recurso del Banco Central Europeo (como sí tienen  los bancos) han de terminar acudiendo a la banca privada y especuladora para financiarse. ¿Por qué los países no pueden financiarse a través del BCE con intereses blandos, como hacen los bancos? Porque así lo decidió en su día la Unión Europea, es decir, los políticos… ¿Por qué decidieron esto? Misterios… Los bancos se financian  al 0,75%. Los Estados (es decir, las personas)  al interés que decidan los bancos, entre el 5% y el 7%.
En último término, los bancos no son entes abstractos ni entelequias, sino el resultado de las capacidades, los comportamientos y las decisiones de las personas que mandan y dirigen: los banqueros. Pese a la negligencia y/o irresponsabilidad de muchos, ellos también son rescatados. Se les enmienda la plana, se les justifica, se les protege, se les consiente una salida decorosa, se les brinda amparo mediático…  e incluso no pocos ¡siguen ahí!, en cargos clave. Ya no se trata sólo de un rescate al banquero Fulanito Pérez, sino que se incluye además un rescate al banquero como casta social privilegiada e influyente. La imagen rancia del banquero que pone y dispone, que decide, que es intocable, indestructible… esa figura, aunque parezca mentira,  sale tristemente reforzada de la crisis.  El poder político consiente y participa de burlas que atentan contra   la dignidad nacional,  como el esperpéntico teatrillo  representado en  la comparecencia parlamentaria  de Rodrigo Rato, el bluff  desenmascarado.
En muchos países se ha rescatado a bancos. El hecho diferencial español es que aquí se rescata también a los banqueros; al banquero como personaje siniestro, al filo de la ley, por debajo de la umbral de la ética y poderoso como para tener en sus manos el destino de las personas y de la sociedad. Este esquema, lejos de corregirse, se perpetúa para favorecer oscuros intereses. Mientras esto no cambie, el futuro se presenta muy negro…
La banca siempre gana. Y el banquero más… ¿Rescate bancario o rescate banquero?

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