martes, 24 de febrero de 2015

Europa vs Grecia: ¿entre iguales y para iguales?

Por lo visto, devolver la electricidad a familias sin recursos es una medida radical, extremista, antisistema y antieuropeísta. Las primeras actuaciones que anuncia Syriza van encaminadas a rescatar personas, dentro de un contexto social de emergencia nacional. Y de pronto, la gran sorpresa: valores que se suponía todos compartíamos (la justicia social, el ejercicio de la soberanía, la defensa de lo público, la igualdad de oportunidades...) pasan a ser ideales populistas y de extrema izquierda. Ahora se entienden muchas cosas… Así, Europa dice sentirse  amenazada por la subida del salario mínimo de los griegos o por la suspensión de privatizaciones de aeropuertos, puertos o eléctricas en el país heleno.
“España no es Grecia”, proclaman ahora sesudos analistas tras la victoria de Syriza. Otros van más lejos: “Grecia no es España”. Hay varios elementos que sí comparten Grecia y España y que en la calle constituyen una bomba de relojería: el paro, la exclusión social, el empobrecimiento y la desigualdad. Y se le pueden sumar factores de índole más sentimental, como la sensación de estafa y de frustración de aquéllos a los que han dejado con tan poco, que muy poco tienen ya que perder.


España no es Grecia y Grecia no es España. Pero es que España tampoco es ya España: porque si hace apenas tres años nos dicen , por poner sólo un par de ejemplos, que la sanidad pública negaría el tratamiento a enfermos en riesgo vital, o que uno de cada cuatro niños estaría en situación de exclusión social sin posibilidad de hacer tres comidas al día, no nos lo creeríamos.

Definen populismo como decirle a la gente lo que quiere oir a sabiendas de que son promesas imposibles. Ejemplo: España 2011. “Bajaremos los impuestos y crearemos 3,5 millones de puestos de trabajo”. Podemos y Syriza no dicen lo que la gente quiere oir: dicen lo que mucha gente quiere hacer, que es distinto. De momento, Tzipras no pide nada que no contemple el acta fundacional de la UE: negociar entre iguales y gobernar para iguales.

Por cierto, De Guindos se muestra preocupadísimo  por recuperar los 25.000 millones de euros que España prestó a Grecia para su rescate. Paradójicamente, recuperar los 24.000 millones regalados a Bankia parece no interesarle tanto.  ¿Acaso es tan descabellado decir , como Syriza o Podemos, que sólo se asumirá la parte de deuda que ha recaido en beneficio de los ciudadanos (pensiones, sanidad, bienestar, subsidios...), pero que no se reconocerá la deuda que ha ido a parar a fines espúreos y a turbios intereses de unos pocos?

Grecia deberá emplear el 51% del nuevo rescate en devolver préstamos y en pagar intereses generados por el primer rescate. Por lo tanto, esta fase adicional no es tanto un rescate para Grecia o para los griegos, como sí un rescate para sus acreedores. Es decir, Alemania utiliza a Europa para cubrirse sus espaldas.

Históricamente, a la derecha sólo le gusta la democracia cuando gana. Por eso la Europa liberal (junto a  sus cómplices habituales: socialistas, mercados, especuladores, grandes empresas y fortunas,...) lanzan a degüello  su plan de sabotaje y boicot contra el nuevo gobierno griego. “A nosotros también nos han votado”,  espeta a Varoufakis el ministro alemán de Finanzas. Exacto: les han votado en Alemania, no en Grecia ni en España. ¿Estamos ante una UE de modelo neocolonial, con una gran metrópoli y colonias periféricas a su servicio? ¿Es una Europa entre iguales y para iguales?
@RubenReyM

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