miércoles, 5 de noviembre de 2014

El San Martín de PP y PSOE: fin de ciclo

Entre los diez cargos que se imputan a los detenidos en la Operación Púnica hay uno que resume todo: organización criminal. Bárcenas, Gurtel, Caja B, Púnica, ERES… confirman que estamos ante una corrupción sistémica, estructural, instalada en el corazón de los dos grandes partidos, en el entorno de los más importantes dirigentes… No son unos choricillos que de pronto aparecen por aquí o por allí. No. Se trata de eso, de crimen organizado.


Asistimos a un fin de ciclo, a un cambio de época. PP y PSOE han colapsado. Su tiempo debe concluir ya. Bastante han durado, visto lo visto. O no entienden o no quieren entender lo que está sucediendo. A la desesperada, reivindican su valía atribuyéndose los méritos del enorme progreso experimentado en España en los últimos treinta años, y que ellos lideraron. Perfecto. Os ponemos la medallita, os damos las gracias… y hasta luego. Enarbolan la bandera del miedo para frenar a Podemos. Sin embargo, el verdadero miedo es que esto no cambie, que todo siga igual. Igual de mal. Eso sí que da miedo.


Cada vez que Sánchez o Rajoy hablan de firmeza y contundencia ante la corrupción, la gente se carcajea. Cada vez que se enrocan en su ridículo “y tú más”, Podemos se acerca a la victoria. Pero ya no es sólo la corrupción; es su forma trasnochada de hacer política, sus recetas fracasadas, su prosa hueca, su convencimiento de que la gente es tonta.

¿Pacto PP-PSOE anti-corrupción? Más teatrillo. Otra payasada. ¿Legislar contra la corrupción? Un insulto a la inteligencia. La corrupción es, precisamente, saltarse la ley. Por tanto, no hace falta nueva legislación, porque las leyes ya existen. ¿Hacen falta leyes para hacer cumplir las leyes? Es un enorme contrasentido.

Mientras el partido en el gobierno no reconozca y asuma sus responsabilidades políticas y penales por la escandalosa existencia de una caja b, mientras eso no suceda, la corrupción seguirá campando a sus anchas por esta gran cloaca en que han convertido a España. Reconocerlo les puede hacer perder las próximas elecciones. No reconocerlo les puede llevar a la desaparición.

Y mientras Susana Díaz continúe en la presidencia de Andalucía al más puro estilo de Ana Botella (a dedo) o de Esperanza Aguirre (yo no sabía nada), el PSOE no tendrá credibilidad. Sánchez tampoco comprende que la política del titular facilón ya no cuela. Un líder menor.
En ambos partidos existe un grave problema de legitimidad intelectual. La gente se pregunta qué bagaje poseen los dirigentes de PP y PSOE para mandar sobre nuestras vidas. ¿Quiénes son estos para decidir sobre mí? Ganan elecciones porque son los que se presentan, pero es difícil adivinar en ellos una superioridad intelectual o ética que les valide como líderes.

Cosas que ya no funcionan: el cinismo, el doble rasero, la mentira, la palabrería, el tratar a la gente por estúpida, el “y tú más”, la inacción, el inmovilismo, la manipulación, el reirse de todo y de todos, la preocupación por los votos y no por las personas… Son fórmulas acabadas. Si no existiese Podemos, ¿cómo habrían respondido PP y PSOE ante la Operación Púnica? Primero habrían apelado a la presunción de inocencia; más de uno habría “puesto la mano en el fuego por…”. Luego dirían que hay una “causa general” contra ellos, para acto seguido cuestionar la labor del juez y de la policía. Hasta tendrían la desfachatez de personarse como acusación, como hizo el PP en Gurtel. En definitiva, no se darían por aludidos...

Se quejan de que la Justicia va muy lenta. Teniendo en cuenta que va lenta por una clamorosa falta de medios físicos, tecnológicos y humanos, y sabiendo que han sido ellos los que llevan gobernando desde hace treinta años sin invertir en Justicia, ¿no será que en realidad prefieren que la Justicia funcione mal para que así no les alcance?
Las audiencias de TV son un buen termómetro. De pronto una entrevista con un político (Pablo Iglesias) alcanza un 25% de share, y los programas de análisis de actualidad se disparan como nunca nadie habría imaginado. El cambio de tendencia, el cambio de era también se aprecia aquí.

La gente de izquierdas harta del PSOE ya tiene a quien votar. No sabemos qué hará Podemos si gobierna, pero sí sabemos lo que están haciendo los de ahora, y lo que hicieron los de antes. Eso sí lo sabemos… y lo sufrimos. Ahora falta que la gente que quiere votar derecha y está harta del PP encuentre también alternativa: ¿UPyD? ¿Ciudadanos? No lo veo. Haría falta un nuevo partido potente de derechas. Si este nuevo esquema se consolida, el tiempo de PP y PSOE habrá concluido. Ha llegado su hora. "A todo porco chégalle o seu San Martín".  Hay que aprovechar el momento. Ahora o nunca.
@RubenReyM

3 comentarios:

  1. He sido siempre votante del PSOE y me da pena que un buen partido que yo consideraba de izquierdas, no se si por miedo o por compinchar con los populares, se vaya tanto a las ideas de derechas.

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  2. Y con qué altivez hablan de la corrupción. Se consideraban intocables.

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