Pedro González de Molina Soler, presidente de Alternativa Socialista.
La derecha liberal europea está encantada. Las elecciones del 25 de mayo llegan sin pena ni gloria. Países como Francia vaticinan una abstención superior al 60%. En España, más de la mitad del electorado no acudirá a las urnas. De hecho, hasta hace apenas unos días, sólo el 17% de los españoles conocía la fecha de los comicios. El escuadrón neocom se frota las manos, porque estas elecciones le molestaban. Si pudiesen, las suprimirían. En realidad, si pudiesen suprimirían todas las elecciones. Lo que ahora quieren es acabar cuanto antes con el trámite electoral, y continuar como si nada con el descarnado sometimiento del sur de Europa.
Ejemplos de la forma de “hacer Europa” que tiene la Unión: dice Bruselas que el dinero entregado a España para el rescate bancario es única y exclusivamente para eso, para el rescate bancario, y que lo que ha sobrado no se puede emplear para ninguna otra finalidad. Terminantemente prohibido. Sólo hay dinero para los bancos, se supone que como premio a su gestión responsable, seria y honrada. ¿Podemos utilizar el dinero sobrante del rescate para crear un fondo anti desahucios? De ninguna manera. ¿Y para activar herramientas para la creación de empleo? No. ¿Para garantizar pensiones y subsidios? En ningún caso. ¿Para fomentar que fluya el crédito? Denegado. ¿Para mitigar los efectos de los recortes? De eso nada, monada ¿Y si lo empleamos en ayudar a emprendedores o a empresarios que contraten e inviertan? Tampoco. ¿Podemos darle a ese dinero sobrante una utilidad social plausible, algo que llegue a las personas? No, imposible. El rescate, para los bancos. Todo para ellos. Sólo para ellos.
Y añadió Europa que eso de que las Comunidades Autónomas expropien viviendas a los bancos para ponerlas a disposición de la gente desahuciada o sin recursos, que de eso nada, que se vulnera la propiedad privada y que deja a los bancos en situación de desprotección jurídica. Pobres bancos…
Por si fuera poco, desliza Bruselas la necesidad de que España avance en una reforma laboral más drástica y en nuevas medidas de ajuste (recorte). Lo dice al tiempo que hunde los sectores primarios españoles (leche, fruta, pesca, conservas, ganadería, siderurgia), a los que utiliza como moneda de cambio para salvaguardar otros intereses que son prioritarios para otros países de la Unión. España no tiene peso y sale perdiendo en todas las negociaciones. Así, la economía nacional continúa desangrándose y el paro, subiendo.
Alemania sumió al mundo en dos terribles
Guerras Mundial. A pesar de todo, la vieja Europa tendió la mano a la devastada
Alemania y le brindó una nueva oportunidad. Hoy, la fría canciller trata de
tiranizar el continente sin que los ciudadanos sepamos quién demonios le ha
otorgado la legitimidad ni la autoridad para hacerlo. Ha sido muy certera la
iniciativa simbólica surgida en Grecia, que reclama a Alemania 162.000 millones
de euros (el montante de los recortes griegos) en concepto de indemnización por
los daños ocasionados en las guerras.
Ignacio Molina, investigador del
Instituto Elcano, afirma que “la Unión
Europea pretendía lograr un espíritu integrador entre países grandes y
pequeños, del norte y del sur, más intervencionistas y más liberales… Y hasta
hace poco esto ha funcionado. Pero con la crisis del euro, la debilidad de casi
todos los países ha sido tanta que sólo Alemania aguantó. Alemania no debería
tener tanto poder en la Unión. Es una patología: su posición deslegitima la
esencia de la UE y daña la imagen de la propia Alemania en Europa”.
Rajoy ha tragado con todo: reforma
laboral, recortes en sanidad, educación dependencia, subida de impuestos,
renuncia a la soberanía nacional, asunción de un déficit despiadado, sumisión a las élites oligárquicas... Por eso
escandaliza que el único asunto en que España ha protestado ante Europa es el
referente a las quitas a los depósitos superiores a 100.000 euros. Ante esto,
sí que De Guindos ha dicho que de ninguna manera. Todo los demás recortes
sociales los aceptamos, pero eso no. Tragamos con las imposiciones que llegan
de Europa y que afectan al día a día de la gente: ahora bien, los depósitos
superiores a los 100.000 euros que no nos los toquen. Éste es el orden de
prioridades del Gobierno.
Bruselas y Berlín se muestran
insensibles y ajenas al sufrimiento de millones de europeos. Sus políticas son
fallidas, insolidarias y peligrosas. Y los países tragan. Rajoy, la voz de su
ama, el que más. ¿Por qué? ¿Dónde están los líderes europeos? ¿Por qué ese
sumiso servilismo? Que no olviden que tener el dinero no significa tener la
razón.
¡Más Europa!, proclaman algunos. No sé
si más o menos, pero así no. Hoy, Europa es parte del problema mucho antes que
parte de la solución. Y el fantasma neoliberal sigue avanzando. Por donde pasa,
no crece la hierba.
@losdiasfuriosos
losdiasfuriosos@gmail.com
se acerca el día y yo, supongo que como muchos, no se si votar o no votar.
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