Pues por lo visto, ahora nada. La confirmación del juez Ruz sobre la doble contabilidad del Partido Popular, prolongada en el tiempo y utilizada para financiar campañas y obras, ha sido recibida por la opinión pública como si se tratase de un asunto menor. La noticia ha pasado sin pena ni gloria. En cualquier otro país serio, con higiene democrática, el hecho de que el partido en el gobierno mantuviese una contabilidad B durante 20 años sería motivo más que suficiente para hacer caer el ejecutivo. Es un tema de una gravedad extraordinaria, es lo nunca visto… En una democracia sólida, el gobierno habría dimitido, y en caso contrario, la presión ciudadana le habría obligado a marcharse. Aquí no pasa absolutamente nada. Spain is different…
El Partido Popular no se da por aludido. La cosa no va con
ellos. Y como los medios afines (o sea, casi todos) no le “aprietan”, y la
gente “pasa”, pues van saliendo como si nada del mayor escándalo de corrupción de
la historia de la democracia. Después de haber trabajado durante más de dos
décadas en la sede nacional del partido, de repente nadie conoce a Bárcenas. Es un señor que pasaba por allí,
que nada tiene que ver con ellos.
El partido político que ostenta el poder y que ha subido más
de treinta tipos impositivos, el partido que persigue el fraude de
supervivencia mientras ampara el fraude de multinacionales y grandes fortunas,
el partido de la amnistía fiscal… ese partido operaba de forma sistemática con
una contabilidad en negro. ¿Qué legitimidad tiene ahora para pedirle a la gente que pague impuestos?Y al financiar campañas con dinero B, desvirtuaba la propia democracia: al hacer trampas, competía con ventaja con relación a sus oponentes. ¿Pasa algo? Nada. Nada de nada. Una de dos: o la democracia no les gusta, o es que todavía no la entienden.
Las millonarias donaciones entregadas por grandes empresas a cambio de favores confirman que el PP gobierna en beneficio de unas élites, de una oligarquía, y a espaldas del interés general. La única ideología del Partido Popular es el dinero. Lo que aquí se sustancia no es sólo un caso de corrupción, sino una forma de entender la política.
Una cosa es que te salga un “choricillo” de vez en cuando. Inevitable. Pero otra muy distinta es que la corrupción, durante años, haya sido práctica cotidiana dentro del funcionamiento interno del partido ahora en el Gobierno. Y con su sede nacional como escenario. Corrupción en la sede nacional. Durante años. Como parte de los mecanismos cotidianos del partido. Y con altísimos cargos de dirección como presuntos consentidores, si no beneficiarios. Vaya tela… Corrupción institucionalizada y sistemática.
Los casos
Bárcenas y Gürtel (los casos PP, en definitiva) no son casos de corrupción
“como otros tantos”. En absoluto. Se trata de una corrupción mucho más
sofisticada, una corrupción fuertemente arraigada dentro de un partido tan
grande como el PP. Es la corrupción como forma de hacer política. Es la corrupción como elemento del día a día. Es reírse de
todo y de todos. Es creerse más listos que nadie. Es la antipolítica incrustada
en la sede nacional. ¿Pasa algo? Absolutamente nada. Marca España.
P.D.: Bárcenas, Naseiro, Lapuerta, Sanchis, Correa, Crespo, El Bigotes, Granados... Vaya ojo tiene el PP.
@losdiasfuriosos
losdiasfuriosos@gmail.com
P.D.: Bárcenas, Naseiro, Lapuerta, Sanchis, Correa, Crespo, El Bigotes, Granados... Vaya ojo tiene el PP.
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Parece increíble. Todos como si nada estuviese pasando.
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