Por lo visto, devolver la electricidad a familias sin
recursos es una medida radical, extremista, antisistema y antieuropeísta. Las
primeras actuaciones que anuncia Syriza van encaminadas a rescatar personas,
dentro de un contexto social de emergencia nacional. Y de pronto, la gran
sorpresa: valores que se suponía todos compartíamos (la justicia social,
el ejercicio de la soberanía, la defensa de lo público, la igualdad de oportunidades...)
pasan a ser ideales populistas y de extrema izquierda. Ahora se entienden
muchas cosas… Así, Europa dice sentirse amenazada por la subida del salario mínimo de
los griegos o por la suspensión de privatizaciones de aeropuertos, puertos o
eléctricas en el país heleno.